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Regreso a clases

Mtro. Gerardo Juan Rodríguez Hernández / Dirección de Nutrición

Por Mtro. Gerardo Juan Rodríguez Hernández / Dirección de Nutrición

Ahora que los niños en nuestro país se preparan para volver a clases, muchos padres de familia se preocupan por la seguridad de sus hijos.

La variante delta ha provocado un aumento en el número de contagios y vivimos la denominada tercera ola, esto hace que los padres no sepan si sus hijos deben volver o no a la escuela. A esas preocupaciones se añade el temor de que, tras poco más de un año de confinamiento y de aprendizaje a distancia, algunos niños probablemente se hayan quedado atrás académicamente o que se sientan menos cómodos para socializar con sus compañeros. He aquí algunos consejos para intentar garantizar un retorno sin problemas para los niños:

Hablar acerca de la importancia de las vacunas. Una de las mejores formas de regreso a la educación presencial, es darles a los niños una buena idea de lo que pueden esperar y que los mismos padres les aclaren qué consideran es posible para un regreso seguro, proyectar tranquilidad ayudará mucho. Un paso importante hacia la seguridad es conseguir que todos los miembros de la familia estén completamente vacunados, esto incluye a los hermanos mayores, padres y abuelos. Es importante comentar con los niños, que los expertos están trabajando para que la vacuna esté disponible lo antes posible también para ellos. Es una parte fundamental de la conversación.

Hablar con los niños sobre los tipos y uso de cubrebocas. Existen de varias capas, ajustadas, con los lados metidos, con diseños infantiles y de diversos materiales; con los niños será importante resaltar el cómo usarlos correctamente y vale la pena considerar algunas recomendaciones derivadas de los errores comunes al utilizarlos: No usarlo debajo de la nariz. No dejar la barbilla expuesta. No usar el cubrebocas flojo y con espacios en los costados. No usar el cubrebocas de modo que sólo cubra la punta de la nariz. No jalar el cubrebocas debajo de la barbilla para que descanse alrededor del cuello. Usarlo de modo que llegue hasta arriba, cerca del puente de la nariz, y hasta abajo de la barbilla. Lavarse las manos antes y después de usar un cubrebocas. Evitar tocar la parte frontal del cubrebocas al momento de quitarlo.

Aceptar las imperfecciones académicas. Debido a las interrupciones a gran escala en el aprendizaje durante el año pasado, algunos niños volverán con grandes lagunas en su educación, y necesitarán tiempo para ponerse al día. En lugar de centrarse en la expectativa de que los niños se encuentren al nivel de su grado, el tono para los profesores y los padres debería ser “puede que haya algo que te hayas perdido, simplemente vamos a tener que trabajar juntos en ello”. Es razonable que a los padres les preocupe que un niño se haya perdido demasiado durante la escolarización a distancia, y siempre que sea posible, es mejor mantener a los niños en sus grupos y confiar en que los profesores los ayudarán a recuperar el terreno. Si notas que tu hijo de verdad está batallando para ponerse al corriente y no logra cumplir ciertas expectativas, podría ser momento para conseguir apoyo adicional y hablar con su profesor sobre las alternativas existentes.

Volver a las actividades sociales con seguridad. La mayoría de los estudiantes que estuvieron en educación a distancia el año pasado tuvieron un año realmente difícil, no estaban aprendiendo bien, se sentían solos, la mayoría no tenía actividades externas como el deporte, y muchos de esos niños tuvieron dificultades físicas y mentales debido a una ausencia de socialización con otras personas de su edad. Actividades de verano, visitas a los amigos, excursiones, días de campo, juegos de pelota en el parque, quedaron excluidos de la vida de los niños durante la pandemia, su reincorporación puede ayudar a reintroducir a los niños en las actividades de grupo y eliminar parte del estrés que supone volver a las aulas. Por supuesto, estas actividades solo deben realizarse si pueden llevarse a cabo de forma segura, e idealmente al aire libre. Presta atención a los índices de contagio de tu localidad, decide con qué nivel de riesgo y contacto se siente cómoda tu familia por ejemplo, jugar con raquetas es más seguro que el fútbol, el fútbol es más seguro que ir a karate y asegúrate de que todos, incluidos los adultos que supervisan, cumplen con los protocolos de seguridad. Eso significa estar al aire libre, distanciarse cuando sea posible y usar cubrebocas cuando estén juntos.

Volver a la rutina, sueño. Los horarios de los niños se han desordenado durante el poco más de un año que lleva la pandemia, y muchos de esos niños comen y duermen a horas no habituales. Para ayudar a tus hijos a regresar a la normalidad antes de que empiece la escuela, vuelve a casa hora habitual del año escolar y haz cumplir en ellos los horarios regulares de sueño y vigilia con la regla de no pantallas, por lo menos una hora antes de ir a dormir, e intenta mantener la coherencia en los horarios de las comidas, que la cena no sea demasiado tarde y el desayuno lo suficientemente temprano para comer antes de asistir a la escuela.

Volver a la rutina, alimentación. El confinamiento puede verse reflejado en los niños de diversas formas, y es comprensible que muchos niños y adultos, hayan ganado un exceso de peso como consecuencia directa del tiempo que pasaron en casa, en parte por hacer menos ejercicio y por comer más a causa del estrés, también por un mayor uso de interfaces digitales para llevar a cabo labores de la escuela y que también utilizan para jugar, así como el hecho de que se encuentran en constante exposición a publicidad de muy diversos tipos, orientada hacia un consumo de una gama muy amplia de bebidas azucaradas y de productos ultraprocesados, altos en azúcar, sodio, grasas de tipo saturado y con alto contenido de energía, que no son recomendables para los niños. Dado lo anterior habrá que intentar restablecer algunos límites dietéticos; priorizar el consumo de frutas y verduras en lugar de los productos ultraprocesados, y establecer el consumo de agua simple en lugar de las bebidas azucaradas o refrescos a la hora de comer. Los padres pueden dar ejemplo de esos hábitos saludables, comer a horas fijas en lugar de picar constantemente y aumentar la actividad física. El hecho de regresar a la escuela debería ayudar a que los niños vuelvan a comer en un horario normal, a jugar activamente en el recreo y en las canchas y a reducir el tiempo de pantalla.

Ofrece apoyo. Cuando los niños se sienten vulnerables, necesitan más afecto físico, seguridad y reconocimiento de sus sentimientos. En momentos de estrés, hazle saber a tu hijo que estás ahí al aumentar la atención y la interacción que le brindas en casa. Pregúntale a tu hijo o hija regularmente por su día, haciendo que todos en la mesa cuenten una anécdota, o procura las conversaciones individuales. No permitas el uso de tabletas o celulares. Si el niño parece preocupado o expresa miedo o ansiedad, escucha sus preocupaciones y reconoce que son momentos complicados. No los descalifiques. Si es necesario, tienes que estar listo para ofrecer soluciones externas, como hablar con un profesor o consultar a un especialista.

Prepárate para algunos retos. El regreso a clases significa que tu hijo convivirá con niños cuyas familias pueden haber tenido enfoques diferentes sobre la seguridad. Algunos niños tal vez no quieran llevar cubrebocas; otros pueden tener familias que practican rigurosamente el distanciamiento físico, y algunos quizás tengan familias que hayan tomado menos precauciones. Algunos niños pueden incluso enfrentarse al acoso o a las burlas por ser cautos. “Hay niños arrancan el cubrebocas de otros niños”. Si la escuela de tu hijo no exige el uso universal del cubrebocas, es posible que tengas que comentarlo directamente con los profesores. Asegúrate también de que la escuela de tu hijo hace todo lo posible para crear una cultura de aceptación, y que se toma en serio el acoso escolar, que hoy en día puede darse también por el aumento de peso, el uso de cubrebocas, problemas académicos o cualquier otra situación derivada de la pandemia, si lo detectas aborda con prontitud. Los padres deben dar ejemplo de ello en su forma de hablar con y sobre los demás, además en su forma de comportarse con los profesores. Debemos ser pacientes y amables al entrar en esta nueva etapa de la pandemia con sus desafíos. Hay que ser amable con los demás.

Para tomar en cuenta. Los niños de prescolar y primaria baja (1º 2º y 3º de primaria) aún no son tan hábiles y autosuficientes para conservar las medidas de sana distancia y el cubreboca en todo el tiempo de su estancia en la escuela, requieren apoyo al igual que para manipular sus contenedores de alimentos, es complicado, sobre todo para los de nuevo ingreso que normalmente lloran los primeros días de clase al no estar con su familia. Los niños aún no cuentan con la suficiente habilidad para la manipulación de su papel higiénico, su jabón y toalla al momento de ir al baño. Los niños en esas edades tempranas suelen abrazar mucho a sus compañeros y a la maestra. Existe entonces una preocupación, será una situación difícil para las maestras y maestros, una incertidumbre, un desgaste emocional.

Finalmente. Debido a la pandemia es posible que el número de niños con ansiedad, depresión y trastornos del sueño aumentaran con el confinamiento, es importante estar atento ante cualquier situación que podamos detectar y sobre todo, consultar con un especialista en su caso. La importancia del manteni­miento de los hábitos saludables ra­dica en que siempre debemos pensar que son factores que protegen ante situaciones de enfermedad, evitan complicaciones, ayudan en el restablecimiento, encaminan hacia una nueva normalidad. Se recomienda trabajar en intervenciones para re­solver problemas inmediatos como la falta de apetito, o hiperfagia (comen mucho), falta o exceso de sueño o de ausencia de motivación para hacer cosas. Estar atentos y evitar aspectos nega­tivos, y poner nuestro mayor esfuerzo en preservar o incrementar la adaptación que va del confinamiento a las actividades presenciales en las aulas de manera positiva, todo ello con la finalidad de mejorar la calidad de vida de nuestros niños.

Referencias

Lazcano-Ponce E, Alpuche-Aranda C. Alfabetización en salud pública ante la emergencia de la pandemia por Covid-19. Salud Pública Mex. 2020;62:331-340.

Marta Kaufer Horwitz. Obesidad en niños y púberes. Cuadernos de Nutrición. Volumen 43 Número 5 Periodo Septiembre Octubre 2020.

Para tomar en cuenta. Lic. Leticia Martínez López. Promotora de Educación Ambiental y Salud. Secretaría de Educación Pública 2021.

García-Tascón M, Sahelices-Pinto C, Mendaña- Cuervo C, Magaz-González AM. The impact of the covid-19 confinement on the habits of practice according to gender. Int J Env Res Pub He. 2020;17(19):6961. https://doi.org/10.3390/ijerph17196961

https://www.nytimes.com/es/

Orientarnos sobre formas saludables de comer