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PROGRAMACIÓN NUTRICIONAL Y METABÓLICA DURANTE LOS PRIMEROS MIL DÍAS DE VIDA

Autores: Agosti, M., Tandoi, F., Morlacchi, L., & Bossi, A.

La literatura reciente y organismos como UNICEF, han centrado su atención en la teoría de los primeros mil días de vida, período comprendido desde la concepción hasta dos años de edad. Según este concepto, el período comprendido entre primer día de embarazo y los dos años de vida es decisivo para el desarrollo posterior individual.

Los factores ambientales juegan un papel clave en este período único e influir en los resultados de salud a largo plazo. En particular, las intervenciones nutricionales pueden afectar el desarrollo biológico, metabólico y conducir a alteraciones fisiopatológicas adaptativas en la infancia y/o en la edad adulta, como las enfermedades no transmisibles (ENT) (diabetes, enfermedades cardiovasculares, cáncer, enfermedades respiratorias crónicas, trastornos neurodegenerativos). La adaptación del desarrollo debido a la interacción plástica entre genes heredados y medio ambiente/factores exógenos durante las etapas críticas de la vida es llamada programación definida.

La evidencia científica, apoya la asociación entre la descendencia, metabolismo y nutrición materna durante el periodo gestacional. Tanto la desnutrición materna como el sobrepeso u obesidad materno durante el embarazo, se han asociado a una programación deficiente y mayor riesgo de presentar obesidad infantil.

El apoyo a las madres es obligatorio a partir del periodo pre-gestacional, se sugiere que los requerimientos de micronutrientes y oligoelementos necesarios como: ácido fólico y vitamina A y las recomendaciones de vitamina B y D aumentan en un 50%;  las necesidades de hierro se duplican. Las deficiencias de ácido fólico durante el embarazo pueden afectar negativamente la salud de la madre, su embarazo, así como el desarrollo neuronal fetal. Siendo indispensable y obligatoria la suplementación, recomendando iniciarse dos meses antes de la concepción. La evidencia ha demostrado que el uso de suplementos de hierro y ácido fólico se asocia con un riesgo reducido de deficiencia de hierro y anemia en mujeres embarazadas. Los ácidos grasos saturados de cadena larga juegan un papel clave para el feto y el desarrollo de los bebés. Potenciar el consumo de ácidos grasos omega 3 durante el embarazo reduce el riesgo de parto prematuro y mejorar el desarrollo cognitivo.  

Como se describió anteriormente, el ADN celular no se puede modificar en su secuencia única, sin embargo, los patrones de expresión de genes pueden verse afectados por el entorno de un organismo a lo largo de su vida, lo que lleva al origen potencial de las ENT. La epigenética describe una variedad de modificaciones reversibles del genoma individual que son heredables y pueden tener origen durante la vida fetal. Los cambios epigenéticos incluyen la metilación del ADN, modificaciones de histonas, remodelación de cromatina y micro-ARN. Estos mecanismos epigenéticos pueden proporcionar la vinculación entre factores ambientales exógenos y fenotípicos. La interacción entre expresión genética y factores ambientales (como desnutrición, estrés, hipoxia, niveles hormonales), en las etapas críticas específicas debida caracterizada por el rápido crecimiento de los tejidos (fetal y los dos primeros años de vida), puede producir efectos adaptativos perjudiciales en el organismo en desarrollo.

Desde el origen fetal de la enfermedad del adulto hasta el origen del desarrollo de la teoría de la salud y la enfermedad, la disponibilidad de nutrimentos es uno de los factores ambientales clave que podría modular y programar la expresión del genoma durante los períodos caracterizados por el rápido crecimiento de los tejidos. El origen fetal/neonatal de la teoría de la enfermedad del adulto ha ganado el apoyo de científicos y condujo al concepto de las respuestas adaptativas de plasticidad del desarrollo del feto a eventos adversos en el útero, no sólo como un corto plazo, compensatorio como respuesta al nacer, sino como un fenotipo alterado permanente durante toda la vida. Por tanto, el efecto permanente de la programación del desarrollo limita la posibilidad de adaptabilidad posnatal, creando vulnerabilidad a enfermedades.

La restricción de nutrimentos intrauterinos, debido a los suministros nutricionales limitados, en el feto modifica su Vía metabólica (es decir, secreción de insulina) y estructuras biológicas. (vascularización) para ahorrar los recursos nutricionales limitados. Sin embargo, después del nacimiento, el bebé tiene que enfrentarse a una vida sin restricciones en el medio ambiente, los cambios permanentes establecidos durante la vida fetal lo hacen más vulnerable al desarrollo de enfermedades. Por lo tanto, el desorden entre los entornos pre y posnatal es un determinante importante de enfermedades posteriores.

La leche materna es la alimentación idónea para los recién nacidos y lactantes en los primeros meses de vida. La evidencia creciente destaca la importancia del desarrollo inmunológico y neurocognitivo y su efecto protector de la obesidad, la diabetes y la hipertensión. Esto podría ser explicado por la modulación endocrina inducida por nutrimentos bioactivos, como leptina, insulina, GLP-1 (péptido 1 similar al glucagón), péptido y adiponectina que juegan un papel reconocido en la patogenia del síndrome metabólico en humanos, y un nivel más bajo de leucina, un aminoácido implicado en la regulación de la adipogénesis. Además, el tipo de alimentación puede influir en la microbiota intestinal. La microbiota intestinal neonatal parece diferir según el tipo del parto (vaginal vs cesárea) y al tipo de alimentación (leche materna versus leche de fórmula). Como se sabe, se supone que la microbiota para modular la vía metabólica, particularmente el metabolismo de los ácidos grasos y por tanto sensibilidad a la insulina, lo que sugiere su influencia potencial sobre el desarrollo posterior de enfermedades metabólicas.

El apoyo nutricional es indispensable en la modulación del metabolismo del feto y los bebés, con posibles resultados a largo plazo en su salud. En etapas cruciales de la vida, particularmente en el primeros mil días de vida, caracterizados por una tasa de crecimiento rápido para el organismo, los cambios epigenéticos inducidos por el medio ambiente pueden influyen de manera heredable en la expresión de los genes. Esto puede permanentemente afectar el desarrollo biológico y metabólico individual y conducir a alteraciones fisiopatológicas adaptativas más adelante en la infancia y/o la edad adulta, como el desarrollo de una enfermedad crónica (diabetes, enfermedades cardiovasculares, cáncer, enfermedades respiratorias crónicas, trastornos neurodegenerativos).

Referencia:

Agosti, M., Tandoi, F., Morlacchi, L., & Bossi, A. (2017). Nutritional and metabolic programming during the first thousand days of life. La Pediatria medica e chirurgica: Medical and surgical pediatrics, 39(2), 157. https://doi.org/10.4081/pmc.2017.157

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