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Antecedentes

Los cambios ocurridos desde 1970 en los patrones de alimentación, en la disponibilidad de los alimentos, en los entornos, en los medios de transportación, en la dinámica familiar entre otras variables ambientales han hecho evidente una predisposición genética del mestizo mexicano para tener enfermedades metabólicas. Pese a los esfuerzos de dos administraciones federales, los factores ambientales no han sufrido cambios significativos en la década más reciente. Como resultado, el número de personas con un peso corporal no saludable sigue creciendo y con ello, la prevalencia de las enfermedades metabólicas.


Aunque el fenómeno tiene una complejidad alta, el fracaso no se explica por la ausencia de estrategias de acción o de falta de evidencias para construirlas. Las acciones a realizar han sido revisadas por organizaciones internacionales como la OCDE (Organización para el Crecimiento y Desarrollo Económico) o por los gobiernos de Estados Unidos y diversos países europeos. En nuestro país ha fallado la implementación, la concertación y la adaptación de las intervenciones al entorno local. Las acciones que han tenido éxito se basan en la inclusión de todos los sectores involucrados quienes implementan programas construidos con la mejor evidencia existente.


Se requiere un enfoque académico para lograr un impacto perdurable. Proponemos la creación de una iniciativa que conjunte la mejor evidencia, identifique estrategias exitosas que sean aplicables en nuestro país y proponga una hoja de ruta que oriente las líneas de investigación requeridas  para llenar los huecos de información. Además, brindará información a pacientes, a la población general y a los profesionales de la salud para la adopción de una alimentación saludable.