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Efecto del consumo excesivo de hidratos de carbono y grasa en el metabolismo de carbohidratos

Autores:
Dra. Nimbe Torres
Dr. Armando R. Tovar

El consumo excesivo de hidratos de carbono y de grasas es una de las causas principales del desarrollo de la obesidad. Existe una tendencia en las últimas décadas en las diversas sociedades de incrementar el consumo de alimentos que tengan un un exceso de hidratos de carbono y de grasa, particularmente de grasa saturada. Las consecuencias metabólicas que aparecen en la población que consume éste tipo de dietas son la aparición de intolerancia la glucosa, resistencia la insulina, dislipidemias, en particular elevadas concentraciones de triglicéridos en la sangre, y bajas concentraciones de colesterol HDL, así como la aparición de hipertensión. Se han realizado numerosos estudios experimentales para entender como el consumo de un exceso de hidratos de carbono y de grasa en la dieta pueda generar estas alteraciones metabólicas. Los estudios han demostrado que los cambios en los niveles de hormonas circulantes, principalmente de insulina y glucagón están involucrados en la regulación de la expresión de genes que participan en la síntesis de ácidos grasos en el organismo así como también en la biosíntesis de novo de glucosa. También se ha demostrado que la producción de algunas hormonas sintetizadas en el intestino se modifica, y estas influyen en el metabolismo de la síntesis y secreción de hormonas, especialmente de la insulina.

En la última década han aparecido estudios que demuestran que el consumo excesivo de hidratos de carbono y grasas en la dieta pueden modificar la microbiota intestinal, y ésta a su vez se ha asociado con los cambios metabólicos que se presentan en las personas que consumen este tipo de dietas. ¿Pero qué es la microbiota intestinal?. La microbiota es la población de microorganismos que habita en un ambiente. En el cuerpo existen diferentes tipos de microbiota que se localizan en la piel en la boca en las fosas nasales, etc. Uno de los principales lugares donde tenemos una microbiota muy abundante es el intestino, y se ha demostrado que a lo largo del tracto del intestino delgado y grueso tenemos cambios en el tipo y la abundancia de ciertas bacterias. Sin embargo, se ha demostrado que la población más abundante de la microbiota del intestino se localiza en la región del colon. Se ha encontrado que la microbiota del intestino puede modificarse por diferentes factores que incluyen desde la forma en la que nacemos, las condiciones de higiene de nuestro alrededor, el consumo de medicamentos incluyendo especialmente a los antibióticos, pero de manera muy importante el factor predominante que modifica la microbiota intestinal es la dieta. Estudios iniciales mostraron que el consumo de fibra dietario genera cambios benéficos tanto en la abundancia como en la diversidad de las bacterias que se tienen en el intestino. Diversos estudios han indicado que entre mayor sea la diversidad del tipo de bacterias que tenemos en el intestino, mejor es nuestra respuesta metabólica. Además de la fibra dietaria existen otros componentes en la dieta presentes en frutas y vegetales denominados polifenoles, los cuales pueden traer efectos benéficos a la diversidad de nuestra microbiota intestinal. Sin embargo cuando se consumen dietas altas en hidratos de carbono y grasas, la diversidad de la microbiota disminuye, y ésta se asocia con la presencia de bacterias que pueden ocasionar cambios metabólicos negativos en el organismo.

Se ha demostrado que el consumo de una dieta alta en grasa modifica la microbiota intestinal y promueve la absorción intestinal de una sustancia presente en la membrana de algunas bacterias conocido como lipopolisacarido. Los diversos lipopolisacaridos producidos por las bacterias del intestino se ha demostrado que promueven un estado de inflamación, también conocido como endotoxemia metabólica, que se asocia con un incremento de algunas proteínas en la circulación sanguinea de la respuesta inflamatoria como el factor de necrosis tumoral alfa, también conocido como TNF-a. El aumento en TNFa se demostrado que genera resistencia a la insulina, consecuencia altamente prevalente con el desarrollo de obesidad.

Interesantemente, estudios recientes han demostrado que el tipo de edulcorante que acompaña al consumo de una dieta alta en grasa determinara si se produce endotoxemia metabólica. Los estudios muestran que la combinación de una dieta alta en grasa acompañada de un alto consumo de sacarosa, la azúcar de mesa, promueve un estado de endotoxemia metabólica muy elevado, lo que se asocia con un importante desarrollo de obesidad, una elevada resistencia a la insulina y la aparición de hígado graso. Sorprendentemente, el consumo de una dieta alta en grasa acompañada con la presencia de edulcorantes artificiales también promueve una respuesta similar a la observada con la sacarosa. Por otro lado, el consumo de edulcorantes complejos como la azúcar mascabado o la miel, a pesar del consumo de una dieta alta en grasa tienen un efecto benéfico evitando el desarrollo de endotoxemia metabólica y por lo tanto previenen el desarrollo de anormalidades del metabolismo de hidratos de carbono.

Es por lo tanto de gran importancia el incorporar en la dieta alimentos que puedan modificar la microbiota intestinal, que prevengan la aparición de la endotoxemia metabólica, evitando con esto alteraciones en el metabolismo de hidratos de carbono.  Es por lo tanto importante el entender  cómo los macronutrimentos específicos, en particular los hidratos de carbono, las grasas y las proteínas de la dieta, modifican la microbiota intestinal. Sin embargo, los nutrimentos aislados rara vez se consumen, por esta razón en los últimos años los científicos están avanzando en evaluar la capacidad de los patrones dietéticos y la nutrición personalizada para modular la microbiota intestinal en condiciones patológicas. Los hidratos de carbono complejos incluyen tanto fibras solubles como almidones resistentes que tienen la mayor influencia en la microbiota intestinal humana, sin embargo el consumo de este tipo de hidratos de carbono se ha reducido notablemente en la dieta occidental (alta en grasa y carbohidratos simples y baja en fibra). La observación de que la dieta pueden modular las interacciones huésped-microorganismo es un indicador de que se puede hacer en un futuro un enfoque terapéutico para modificar la microbiota intestinal y reducir el desquilibrio de esta que se asocia con el desarrollo de enfermedades relacionadas con la nutrición.

Etiquetas: Alimentación